domingo, 25 de marzo de 2012

Torería


Pensando en la Fiesta Nacional y sus suertes,  se me ocurrió que son muchas las ocasiones en las que hacemos uso de terminología. Frases hechas a las que de manera cotidiana recurrimos y  que  “caen rodas y sin puntilla”  por nuestras conversaciones a lo largo del día. ¡Y con que arte están presentes!

Así, a bote pronto,  se me vienen estas… por poner unas cuantas para ir entrando en faena. 

Ir por derecho
Echar en suerte
Coger el toro por los cuernos
Ir a pecho descubierto.
Dar capotazos
Darle la puntilla
Meter hasta la bola.
Y es curioso comprobar que cuando hacemos uso de alguna de ellas, ya sobran las explicaciones  y si se apostilla algo después de las susodichas..,  pues queda de más porque entran a lo justo. El que lo dice: lo sabe  y él que la escucha piensa: amén.

Podemos decir que son tan grandes como una tán recurrida como esta: ¡Eso… eso es así compadre!

Es como cuando alguien nos mira y dice: (y digo “dice”, porque aunque pueda parecer que  pregunta, en realidad NO lo está “preguntando”)…. Bien,  pues es como cuando alguien  de repente va y te dice: “¿Estamos?”      Ahí,….Sólo cabe contestarle: ¡Estamos!

Pero es que esta tierra,  nos mete en vena la torería desde la mismísima cuna, es innato para nosotros estar al quite o si hace falta dar una larga “cambiá”.

Ponerse el mundo por montera, tener empaque ó ir de grana y oro;  son para nuestros momentos de gloria, …..sí, … para cuando uno sale por la puerta grande.

Si la cosa se va pa chiqueros,  te dan cajonazo, o te pegan un puyazo… Cuanto antes cambie el tercio “pos” mucho mejor. Una mala tarde la tiene cualquiera. Y en peores plazas se ha “toreao”, ¿no?

Que como me recordó una amiga en esta vida hay que tener mano izquierda. O como bien dijo un amigo también hay que saber parar, templar y mandar.

1 comentario:

  1. Ahora más que nunca toca torear. Después de un primer tercio con el capote superado con éxito rotundo, vamos por el segundo con la muleta que sin duda va a ser igual de triunfal, para rematar de un estocazo hasta la bola y acabar con una gran ovación del respetable, dos orejas y rabo

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