Pensando en la Fiesta Nacional y sus suertes, se me ocurrió que son muchas las ocasiones en
las que hacemos uso de terminología. Frases hechas a las que de manera
cotidiana recurrimos y que “caen rodas y sin puntilla” por nuestras conversaciones a lo largo del
día. ¡Y con que arte están presentes!
Ir por derecho
Echar en suerte
Coger el toro por los cuernos
Ir a pecho descubierto.
Dar capotazos
Darle la puntilla
Meter hasta la bola.
Y es curioso comprobar que cuando hacemos uso de alguna de
ellas, ya sobran las explicaciones y si
se apostilla algo después de las susodichas..,
pues queda de más porque entran a lo justo. El que lo dice: lo sabe y él que la escucha piensa: amén.
Podemos decir que son tan grandes como una tán
recurrida como esta: ¡Eso… eso es así compadre!
Es como cuando alguien nos mira y dice: (y digo “dice”,
porque aunque pueda parecer que
pregunta, en realidad NO lo está “preguntando”)…. Bien, pues es como cuando alguien de repente va y te dice: “¿Estamos?” Ahí,….Sólo cabe contestarle: ¡Estamos!
Pero es que esta tierra, nos mete en vena la torería desde la mismísima
cuna, es innato para nosotros estar al quite o si hace falta dar una larga “cambiá”.
Ponerse el mundo por montera, tener empaque ó ir de grana y
oro; son para nuestros momentos de
gloria, …..sí, … para cuando uno sale por la puerta grande.
Si la cosa se va pa chiqueros, te dan cajonazo, o te pegan un puyazo… Cuanto
antes cambie el tercio “pos” mucho mejor. Una mala tarde la tiene cualquiera. Y
en peores plazas se ha “toreao”, ¿no?
Ahora más que nunca toca torear. Después de un primer tercio con el capote superado con éxito rotundo, vamos por el segundo con la muleta que sin duda va a ser igual de triunfal, para rematar de un estocazo hasta la bola y acabar con una gran ovación del respetable, dos orejas y rabo
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