lunes, 30 de marzo de 2015

Encuentros


Llegué a "Teenes" antes de la hora. Pedí una copa en la barra e hice tiempo. Había quedado allí para cenar con ellas, estaba nervioso, excitado, como un niño antes de una excursión. Como anfitrión, quería  estar a la altura de lo que de él, se espera, así que elegí un selecto restaurante de moda, que no quedaba  lejos del hotel en donde ellas se hospedan. 

Después de tres años, volvíamos a vernos, desde entonces en mi vida había habido cambios de los que ellas no estaban al corriente, aunque de todas formas ya no importa, mi pareja me ha dejado, dice que yo nunca le he querido de la manera en que esperó.

A las 8 y dos minutos la puerta del restaurante se abrió y ellas aparecieron. Esperé un poco antes de acercarme.  ¡Ahí estaba Sandra!, ... Qué sexy bajo ese "Dolce y Gabana".
En seguida,  mis ojos buscaron a  Lucía…nunca fue coqueta, pero ....venía con la cara lavada y unos vaqueros gastados después de tres años sin vernos,  y eso, me hizo  perder la ilusion de que yo le  gustara. Estaba cambiada,  ¡qué guapa es!, aún flaca y con ojeras….

Noté mi cuerpo agitarse y temblé…, temblé, sí. Temblé, temblé como un niño mientras me acercaba, la boca se me  secó,  y las piernas me flaquearon,  traté de calmarme, pero mi cuerpo, mis manos, y todo mi yo, temblaban,…tan evidente era,  que tuve que meter las manos en los bolsillos de la chaqueta para disimularlo.

Nos saludamos algo cortados y fuimos a la mesa. El camarero, comenzó a servir el vino esperando que yo le prestara atención,
pero yo, no me daba cuenta. Allí sentados, trataba de rectificar tarde mi embobamiento,  sin que pudiera apartar la mirada de ella. El corazón me latía tan fuerte, que pensé que iba a escapárseme para abrazarla. Y Sandra, que no tiene un pelo de tonta, dijo –Hay cosas que nunca cambian-.Siempre tuvo la habilidad de soltarme perlas delante de Lucía que sólo ella y yo captábamos. La muy bruja, me tiene calado, esta vez, me habría gustado que no lo advirtiera. Aunque el primer sorprendido he sido yo. Creí que ya no sentiría esta clase de amor por ella. ..

Días más tarde hablé con Sandra, y me contó su charla con Lucía de camino a "Teenes"
.....

–Sandra, ¿Crees que hemos puesto a Carlos en un  compromiso?

-¡Qué cosas dices mujer!, estará  encantadísimo y estando tú más-

- ¿Pero ¡Qué dices!? ....Es , es tan “correcto” que cuesta adivinarlo. ¡Abusamos! de lo bueno que es con nosotras.

-¿Qué vamos a abusar? Mujer,  desmelénate,  nos vamos mañana- Dijo mientras entraban ya en el restaurante.

El sitio nos encantó a las dos  ......,

- ¡Lucía! ¡Vaya sitio! Debe ser carísimo -y
pensé  “menos mal que vengo a la altura"  ..."pobre Lucía”  ya sabrás por qué lo digo.....-Calla por Dios, ¡que va a oirte el camarero- se limitó a decir ella.

En la mesa, yo daba pisaditas por debajo de la mesa a Lucía para que se diera cuenta,  pero ella,  no prestaba la menor atención a las señales. – “miralá”-me dije -“éste hombre está temblando como un flan delante de suya y la muy tonta ni se entera.”-

Carlos- prosiguió Sandra-,  ha sido una falta de delicadeza, “¡no haberme mencionado también en el brindis!”  hay cosas que nunca cambian-

Lucía parecía estar en otro lugar. Tomó la copa de vino distraída y añadió –si, por fin- Y lo supe, allí sentado frente a ellas, depronto recordé las palabras de Tomás el día que me dejó y se marchó para siempre. "Nunca me has mirado como miras la foto de ella" y en ese momento, hice mía su respuesta. Lo que es la vida, Ella ajena a todo, fue nuestro espejo.