viernes, 25 de julio de 2014

Abuelas



“Hoy siento esta lejanía invisible de tu persona, me pregunto si la sentirás tú,…no dejo de tener esa esperanza. Me atormenta la idea de que ya no me quieras, de que quizá no me hayas querido, y es entonces cuando sale de mí esa paloma valiente que aparece en cada uno de mis malos momentos, para volar más arriba de la pena y llevarme a ese lugar en el que recobro la esperanza. Aquí estoy otra vez, llorando por dentro tu pérdida ¡como si te hubiera tenido alguna vez! Defendiéndome en la esperanza de que quizá alguna vez si me quisieras, pero un mal viento te alejó, y la distancia hizo el resto.”

Fue el fuerte olor de la fruta madura que perfumaba el aire con añeja decadencia, lo que la regresó del limbo de sus pensamientos. Ella soñaba los amores lejanos en sus historias imposibles que luego tomaban vida en el papel……
La suave brisa circulaba por entre las cajas de fresas, uvas, sandías, melones, cítricos,  hierbabuena, menta, y especias…emanando el aroma que recorría las calles del mercado por entre los puestos en formación de hileras.

Quizá fuera su intensidad, lo que la hizo recordar a su abuela y los jazmines de su pequeño ramito prendido en el pelo. Aquellos Jazmines, eran la única nota de color que ella se daba el permiso para usar desde el día en que murió su marido. Doña Ana, mantuvo un luto riguroso hasta el final de sus días. Y fue sólo en los últimos años de vida, en  los que sus vestidos llevaban un discreto estampado de lunarcitos blancos sobre su fondo negro.

Hasta ahora,  y visto tal vez desde la distancia y experiencia que le daba la edad, no había entendido el por qué de aquella sobriedad….

lunes, 21 de julio de 2014

Desilusión y la indiferencia.


La indiferencia provoca desilusión, la desilusión indiferencia.

Cambia la mirada y el mundo cambiará.
Hoy pensaba en los motivos por los que no respondemos de igual manera en idénticas circunstancias,… quizá ahí resida la clave....la manera en la que fluyen nuestras emociones.

Dominar las emociones nos hace fuertes, nos “impulsa”, cuando uno logra sentirse calmo, en paz. Allí,  las ideas fluyen, somos más receptivos, y ésto, ayuda a modificar el pensamiento. El Ser receptivo, va más allá del problema, ve otras perspectivas, es como la empatía cuando nos trae nuevas sensaciones del otro, es alcanzar un estado en donde nuevas opciones aparezcan. 
Fluir, para “Deshacer el bloqueo” y así poder actuar al margen de lo que nos estancó.

A veces, en medio de la desilusión sentimos que la indiferencia nos mira, pero es cuando dejamos de querer atraer algo y nos centramos en nuestros sentimientos, cuando nos damos cuenta de que la mayoría de las veces es el ego y no el problema el que nos atormenta. Resolver el problema, siempre está en nosotros, no viene de fuera.
Cuando lo hacemos, la desilusión deja de culpar al mundo exterior y trabaja por repararse convirtiéndose en indiferencia positiva.

Amparo Suárez


lunes, 14 de julio de 2014

Jonas y la flauta


Aquél que me encontrara, decía la inscripción, sacará de sí un antagónico anhelo.

Jonas, caminaba cabizbajo pateando la lata de refrescos. Aquella lata llena de bollos y en apariencia inservible que rodaba calle abajo entre sus sonidos metálicos, contenía una carga de gas de visibilidad,  “¿Quién sospecharía de un chico que patea una lata?” pensaba, “su plan era perfecto”
Y es que, sólo unos pocos, como él, percibían la magia en “este lado” y sabían que “Creer Crea”.

Usaría la carga del gas vertiéndosela,  y entonces el espectro se haría visible. Pero debía ser paciente, debía acercársele calculando la distancia precisa. Sabía que sólo tendría una única oportunidad con Dar-Sun, el villano de su mundo imaginario, así que el factor sorpresa era fundamental,  y jugaría a su favor a la hora de poder aproximársele, pues la lata, no levantaría sospechas. Luego, la lata, haría el resto succionándole.  

Hoy, de nuevo tenía una oportunidad, haría noche de plenilunio, y hasta la puesta de sol Dar-sun, era más vulnerable, la luna llena surtía un negativo influjo sobre él, debilitándole.

domingo, 6 de julio de 2014

Tengo ocho y esto no es una plaza, es un parque.


Ya tengo ocho, mira ¿lo ves?
Estoy creciendo ahora, si ahora mismo, porque veo más lejos el suelo de mí…, ¡por fin en el parque! Mi madre dice que no lo es, que es una plaza. Pero es un parque.

Esos niños me han echado ya dos veces, no se qué más hacer pero no me rindo, voy a dejarle a ella la bici, ….

Otra vez me dijo lo mismo: ¿Les has preguntado?..
¿Qué tengo que preguntarles? …. Yo me he acercado, doy vueltas alrededor de ellos, y ese niño me dijo lárgate, está claro que no quieren que juegue con ellos, pero esas no son formas de tratar a alguien… me está entrando la furia, esos no saben cómo seré cuando me entre, y creo que me voy a convertir, ya siento a ese furioso dentro, no se controla y se puede poner a dar puñetazos, no saben como me pongo cuando me entra esta furia,  y entonces… no sé que pasará, algo muy malo…. Sí.

Ella todo me lo dice tres veces, y yo siempre digo dos ¿Qué?

  “Ve, y esta vez pregunta si puedes jugar con ellos. El que no pregunta se queda sin saber.”  

 “¿Qué?”

….  “Ve y pregúntaselo, el que no pregunta se queda sin saber.”  

Ahora me duele la barriga y no puedo hablar. Pero iré, porque ella me lo dijo. Ella lo sabe todo porque es maga.

-Mamá, la bici, que ahora vamos a jugar con el balón, ¿Podemos quedarnos otro rato más verdad?

¡Bien¡ dije cuando dió el “OK”  y nos guiñamos el ojo.


Amparo Suárez.