La indiferencia provoca desilusión, la desilusión indiferencia.
Cambia la
mirada y el mundo cambiará.
Hoy pensaba en los
motivos por los que no respondemos de igual manera en idénticas circunstancias,… quizá ahí resida la clave....la manera en la que fluyen nuestras emociones.
Dominar las emociones nos hace fuertes, nos “impulsa”, cuando uno logra sentirse calmo, en paz. Allí, las ideas fluyen, somos más receptivos, y ésto, ayuda a modificar el pensamiento. El Ser receptivo, va más allá del
problema, ve otras perspectivas, es como la empatía cuando nos trae nuevas sensaciones del otro, es alcanzar un estado
en donde nuevas opciones aparezcan.
Fluir, para “Deshacer el bloqueo” y así poder actuar al margen de lo que nos estancó.
A veces, en medio de la desilusión sentimos que la indiferencia nos mira, pero es cuando dejamos de querer atraer algo y nos centramos en nuestros sentimientos, cuando nos damos cuenta de que la mayoría de las veces es el ego y no el problema el
que nos atormenta. Resolver el problema, siempre está en nosotros, no viene de
fuera.
Cuando lo hacemos, la desilusión deja de culpar al mundo
exterior y trabaja por repararse convirtiéndose en indiferencia positiva.
Amparo Suárez
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