viernes, 30 de marzo de 2012

Lobos


Lobos, ¿Cómo puede uno reconocer a un lobo?

 De camino al colegio para recoger a mis pequeños, vino a mi mente esta pregunta. ¿Cómo cuidarnos de ellos? Y ese pensamiento me llenó de angustia.

Mientras caminaba cruzando la mirada con los que pasaban junto a mí, pensaba lo absurdo que parecía que alguna de esas personas  formara parte de una jauría despiadada.

No se me ocurría cómo prevenirme, evitarlos, sin claves que los delaten y  en apariencia  como cualquiera de nosotros…. Eso me acongojó aún más  ¡Dios, sólo le queda a uno esperar a tener la suerte de no cruzarse en su camino!

Lo cierto es que uno al fin y al cabo no sabe sí tendrá la desgracia de que esto le ocurra, entonces…. ¿De qué sirve tener miedo? , ¿Dejar de hacer tu vida?  ¿Qué iba a poder hacer yo para defenderme? Si no sé si pasará ni cuando. ¿Cómo prepararse?


Pero tengo la certeza de que ellos si lo hacen, si se preparan. Aparentemente ellos viven su vida como nosotros la nuestra, simulando ser nosotros mismos,  mientras el animal que llevan dentro nos acecha con calma antes de llevar a cabo el plan que fríamente ya han meditado, y esperando el momento de atacar. Y llegado el momento esas fieras salvajes y despiadadas vienen a por ti, con saña, dispuestos a lo que sea, hasta de matar, sin sentir un ápice de piedad, sin respeto, como monstruos.

Y están ahí, entre nosotros. Sin que podamos hacer nada para evitarlos, para encerrarlos, para cuidarnos de ellos porque no les  reconocemos.

Canallas que nos hacen sentir vergüenza. Que nos hieren en lo más hondo. Destrozan nuestras familias y nos llenan de dolor, te dejan indefenso para después atacarte sin piedad ajenos a tu sufrimiento ¿Cómo no pensar en ello?

Viéndoles en las series de televisión…. ¡se ven tan lejos de nosotros, uno está tan a salvo en el sofá del salón! Pero los que vemos ahí,  son perfiles de esos animales,  un reflejo de los que sí están entre nosotros… lobos que se disfrazan con piel de cordero.

No sé cómo, pero si veis a un lobo o sabéis reconocerlo avisar. Así todos estaremos alerta y será más fácil cogerles. Porque lo que es un hecho es que somos muchos más corderos que lobos. Y que la manada siempre nos protege.

En un ataque por sorpresa nada se puede hacer más que intentar superarlo cuanto antes y seguir viviendo.

En un ataque del depredador a la manada,  éste siempre busca al más débil del grupo, al que está más apartado del resto, es menos fuerte, ó es más pequeño.

Sería bueno recuperar viejos hábitos olvidados que nos ayuden como manada que se protege,  nuestra naturaleza nos hacer ser confiados y eso nos hace vulnerables. Y aunque los Lobos están ahí acechando puede que….  desesperen, yerren y desistan de sus intentos. Para que así puedan cogerles los que se preparan para ello, porque como manada no es nuestra labor cogerles, sino protegernos.

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