martes, 4 de febrero de 2014

Buen viaje Petra, ¡Y ojalá no vuelvas!


Petra terminaba de deshacer la maleta, el aire acondicionado de la habitación no funcionaba y era tan insoportable el calor, que la hacía delirar   -“sí, sí a todo, ... seguro que no han entendido nada- 

Las gotas de sudor resbalaban por su frente.

Solía usar bañador pero Berska le dijo "Si vas a ir a una playa en donde nadie te conoce y no vas a hacer top-less, no lo harás en tu puñetera vida", Petra sintió un pellizco de angustia, de esos que dan cuando piensas que ya no habrá otra ocasión de vivir algo, y se animó a comprarse un par de biquinis y bronceador con pantalla total.
Acababa de ducharse, y procedió a embadurnarse de arriba a abajo en leche bronceadora concienzudamente, éste era de esos espesos que no absorbe la piel, quedó llena de parches y tan blanca como una sábana, con la nariz pintada como un indio cuando va a entrar en guerra, cogió su pareo, una enorme pamela-sombrilla y las chanclas que compró en la tienda de souvenirs del hotel porque en Alemania no las había encontrado.

Acababa de comenzar  la   “Escapadita” al sur de Andalucía…... En el folleto decía "Escapada a la playas de Andalucía"

Su amiga Berska le dijo "si vas, es para hacer el loco, nadie se fija en lo que hace un extranjero de  vacaciones, vivirás una experiencia inolvidable”….y le hizo un resumen, mas o menos así: Imagina unos cuerpos esculturales bronceados, borracheras tontas de esas que te mueres de risa, paseos al atardecer, flamenco, “chupitos ron miel”. Y si llegas viva a la puesta de sol, lo mejor: música en vivo, gin-tonic, baile y mas baile... y si te pierdes en la playa verás a los enarenados por la orilla. Con un poco de suerte podrás ser uno de ellos. Por la mañana, para dormir, lo mejor es irse a la playa si no tienes resaca, bajar a la orilla es ver un hervidero de paseantes con unos cuerpos de revista y esas miradas que te desnudan, sexys, ... están también las pamelas, Panamás, viseras y calvas sonrientes. Y las barrigas cerveceras que persiguen a los biquinis brasileños,  unos bajan las miradas y otros levantan las pasiones y broncean envidias.”

….. Petra se sentía insegura,…¿podría hacer lo que Berska?, ... ella no era..., era mojigata y no podía pasar por no serlo, dejó el bolso en el suelo y se puso a llorar,  luego se animó al pensar que después de todo ya tenía pensado un plan b que terminaría por llevar a cabo.

Encontró la mejor localización y se apostó recostada sobre una sillita, la vista era perfecta,  llevaba el móvil colgado del biquini, los pulgares dispuestos y  la timidez debajo de la pamela bien oculta. Después de horas de espera y disparos fallidos por fin  la primera foto, estaba ansiosa por enviarla a su amiga, no se atrevía a sacar  fotos y cuando lo hacía, le salían movidas tratando de ocultar el móvil, pero ésta era perfecta, añadió un texto con unas pocas palabras excitantes y pulsó "enviar".

En Alemania, Berska iba de camino a la universidad, oyó el silbido del móvil e inmediatamente sacó el celular de la mochila, la nieve salpicaba la pantalla, y el frío la entumecía; pero estaba ansiosa por tener noticias de Petra, leía el mensaje, mientras sacudía los pies como los parabrisas que se hundían en la nieve,  preguntándose si habría consolidado su venganza.

“¡Qué playa tan espectacular, tiene una luz,… hace un poco de calor...¿eh?  Bebo tinto de verano y digo “olé ahí chiquilla”,  en un rato almorzaré paella con este guaperas! ¿A que está cachas? ¡Gracias por animarme a venir, adoro este país, me encanta su gente….. ¡Permanece a la escucha!”

Berska maldijo la foto sacudiéndose el abrigo, “…ffzloqukkfff…”, pensó, “Con lo fea, lechosa y pavisosa  que eres no llegarás a los postres.”

Diez minutos después Berska oyó el silbido del móvil, y continuó caminando sin hacer ni puñetero caso al móvil, pensando que su amiga le confirmaba el almuerzo en otra foto,  la había enviado allí para darle un escarmiento, y estaba ocurriendo todo lo contrario, eso la hacía sentirse tan furiosa.

Recordó su viaje ese fin de semana que no olvidaría jamás, el primer día que bajó a la playa las gaviotas se cagaron en su toalla, con lo grande que era la playa,  la peste era inmunda, encima no pudo bañarse por el oleaje, le llamaban Levante,  el viento le dió una paliza que no olvidaría mientras viviera, cuando regresó al hotel y vió la saña que el sol había hecho en ella,... ¡estaba llenita de ampollas! Nadie la avisó de que  “Lorenzo” , como le llamaban allí al Sol,  podía quemar así con aquel viento,  tan rápidamente. Era purito torrezno. Pasó dos días tomando calmantes y sin poder vestirse.

¿Cómo iba a contar aquello a la vuelta? Tuvo tiempo de inventar una fantástica historia que ella misma terminó por creerse.
¡Cómo odiaba ser como Petra!  Las dos eran las pavas de la Uni, tan aburridas como los cactus, ....Pensaba que contando una gran aventura, quizás a ella , todos la verían de otra manera ya, y su reputación y su vida cambiaría. Y quiso dar esa oportunidad a Petra, pero ésta le falló, estaba orgullosa de ser ese bicho raro del que todo el mundo se reía.

En sus planes de ir a España, Petra, intentó disuadirla por todos los medios.
Berska le imploraba de todas las maneras posibles que la acompañara, pero todas las rechazó.  Todavía la odió más por dejarla sola en plena crisis existencial, estaba convencida de que aquello las condenaría a las dos a vestir santos para el resto de sus días.

A su vuelta, Berska no pensaba más que en esa pérfida amiga, a ese ser, pájaro de mal agüero y vaticinio  certero que convirtió en realidad su peor pesadilla, ser como ella, y ¿por qué? Pues porque los pensamientos crean, y ella los había creado para ellas dos,

A su vuelta Petra se convirtió en una mujer segura,  nunca contó a Berska en qué consistieron sus verdaderas vacaciones. Pero la vida cambió para ella.


 Amparo Suárez.

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