Técnicas para llevar a buen puerto una receta de amor. (*)
La mejor fórmula es la que funciona, no importa lo
disparatada que parezca, lo sé porque el
bizcocho es mi asignatura pendiente, nunca sube, en mi caso no es culpa de la receta, pues es
la misma empleada durante generaciones. ¿Ejemplo inequívoco de una mala
ejecución de la técnica?. ¡No hay mayor desilusión que abrir la puerta del horno
y ver que todo el trabajo no sirvió de nada!
¡Cuantas veces he visto magia en la cocina! ¿Sabías del tiempo de cocción en “tres padres nuestros”? , y aunque éste en concreto no sea un caso de magia, sí que hay otras cosas que mágicamente funcionan. Todo es debido a la sabiduría adquirida tras recorrer el camino, que
a su vez nos permite mejorar la técnica.
Es vital disponer de buenos enseres pues como los
sentimientos, mientras mas adulterados están, peor nutren. También debemos de contar con un buen menaje, este nos facilitará mucho la tarea. Concretemos pues lo que debe o no faltar en la receta, para conseguir que brille con luz propia.
Pasión, como la sal,
ha de estar muy equilibrada en la receta, de no ser así podría estropear el
plato.
Confianza, sin éste ingrediente no podría hacerse.
Respeto, preste cuidado a los factores…. Ha de mantener su guiso vivo; en según qué
momento habrá de moverlo aunando ingredientes, es bueno aderezar repartiendo por igual para que ligue bien. Si se añade,
nunca todo a vez, vigile no pasarse ni quedarse corto, Recuerde que en el
término medio está la virtud, si aventura que falta algo déjese llevar por la
intuición, improvisar es bueno pero dé a probar y acepte nuevas opciones... Esté
atento, si no, tendrá que volver a empezar.
Celos, envidia y rencores.
Lavar concienzudamente el alimento, revise bien todo antes de echarlo a
la cazuela. Si fuera preciso, vaya de uno en uno. De no ser a sí, nunca se
conseguirá la textura deseada.
Paciencia, de ésta dependerá que salga bien el guiso. No
debemos precipitarnos, todas las buenas recetas llevan marcado el tiempo,
deberemos respetar pues la cocción. Puede verse tentado a acortar el tiempo
pero créame en este caso, mejor dejar que vaya por su tiempo. Hasta el último
segundo habrá merecido la pena.
El fuego suele ser vivo al principio, le dará pie a saltear
con coquetería, cosa que personalmente considero fundamental. Una vez vea que dora y más si ha de bajar el
fuego, (momento delicado) no se confíe. Un fuego así, podría dar lugar al abandono momentáneo
pensando que guisará sólo, craso error, es entonces cuando hay más probabilidad de que pueda quemarse el plato. En su
ausencia todo puede suceder, incluso que otro tome su sartén por el mango
añadiendo a su receta de su propia cosecha,
difícil momento para continuar su receta.
Reserve de antemano cariño, pues regar con buen caldo
agrandará nuestro plato, si faltasen jugos terminaría por quedar muy seco. Se llenaría de rencores y
eso no es lo que perseguimos.
Degustación:
Pruebe Justo antes de servir, pues sabrá qué asperezas
quedaron por limar, es vital evitar sorpresas de última hora.
Sea justo, lo que no vale para usted no podrá compartirse
sin que duela, sentirá indigestión y no disfrutarán de una agradable sobremesa.
Si le gustó repita pero incluya variantes.
(*) Nota del Autor: (Si su técnica le funcionó,
rehúya estos consejos).
Al calor de la lumbre....todo puede suceder.
ResponderEliminary la empatía sentada a nuestra mesa.
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