Heme aquí tras el quid de la cuestión.....pespunteando.
Un signo ortográfico tan pequeñito “.” Y lo grande e imprescindible que llega a
ser. Lo que da de sí. Pensándolo bien ¿si no existiera... habríamos perdido el
punto…?
Busco en el diccionario su significado, dice así:
1.
Señal circular de pequeño tamaño que destaca por el contraste de color o de
relieve sobre una superficie: este dibujo está hecho a base de puntos.
2. Signo de escritura que se pone sobre las
letras i y j.
3. Signo de puntuación (.) que indica el fin
de una oración o que aparece después de una abreviatura.
…., la cosa no parece tener fin, ¡qué barbaridad! Pongo sólo
las tres primeras, aunque se podrían
poner tres páginas de los distintos significados y variantes que este pequeñín
tiene.
En lo culinario, una de mis grandes aficiones, el punto
marca las pautas de muchas técnicas
empleadas en nuestra cocina, como:
- A punto de nieve.
- A punto de bola.
- En su punto.
- Al punto.
- A punto de caramelo, (este es muy dulce).
- A punto de huevo (y este otro qué saladito que es)
Pero es que el punto nos rodea por doquier:
Están los puntos cardinales, el punto de vista, al punto y
hora, el punto Ingles, el de cruz, el estar en punto que no sería lo mismo que
ponerse a punto ó de poner el punto sobre las “íes”.
El punto puede ser crítico, neurálgico, suspensivo,
comparativo o puede ser momentáneo....Recorriendo miles de nuestras frases y no sólo de manera ortográfica.
- Si
comienzo, lo hago en "el punto de partida”,
- Y para acabar tengo "el punto y final”
- Pero dame un segundo y verás como sigo, o lo que es lo mismo “porque lo digo yo”: “y
punto”.
También hay otras como:
- “Me estoy quedando con la copla” o lo que
equivaldría a: “ir cogiéndole el punto a la cosa”.
- Llegar al meollo de la cuestión: “en el
punto exacto”.
- O cuando ya se acabó y ni Dios dice nada
más, con chulería: “punto y pelota”.
Y aquellos que cansan al mas pintado: “el puntillita” (el
típico “jartible”) Y su contrapunto “el puntilloso” que nunca tiene hartura.
Para las concesiones: “apúntate un punto”, ahora bien si lo queremos es quitar parte de lo
que ni si quiera damos usaremos aquello de: “yo no le doy ni medio punto”. Que si un punto es poco, medio ya, ¡ni te cuento!
Y cuando lo que sea
por fin llega a su clímax: Eso, eso es “un puntazo”
En una salida de tono: “¡vaya punto “ta dao”!, ¿no?”.
Sí el que está frente a ti, es raro: “tiene un puntito”. Claro
que sí la cosa fue “guay del Paraguay” y uno estuvo a gustito: “¡vaya puntito!”
(¡Tremenda diferencia!)
Bueno pues en este puntito lo dejo yo. Que son ya muchas
puntadas, yo no quiero ser puntillosa… Hora es ya de que llegue al punto y
final.
Ah! .... y los puntos suspensivos son los que recorremos de puntillas mientras dejamos volar a nuestra imaginación.
Pero… ¿tiene o no tiene punto, el punto?
Jozú, hija mia......¡Que punto ta dao?.
ResponderEliminarverdad!,... Ay será la primavera ......!!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado.¡Vamos! que has estado puntera.
ResponderEliminarJajaja, Gracias.
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