sábado, 29 de noviembre de 2014

Hago pompas y suelto, suelto, suelto.

(Imagen: Bansky)

Lo que se despierta, a su vez desencadena. 
Y a mí me pasó, debía estar ahí dormido y despertó, y ahora era una avalancha,  pompas, pompas y más pompas desgranaban las piezas de mi mecano,…

No estamos acostumbrados a mirarnos dentro, el lago profundo que nos habita, sus corrientes están abajo, y uno navega casi siempre por la superficie, asusta ver dentro mares embravecidos, zonas oscuras que viven dentro de ti.
Cuando uno quiere saberse, ha de tratar de relativizar, de encontrar el lado cómico de estar recorriendo sus rincones como se anda por un laberinto, ¡menudo yo!, ¡la verdad, es que sentí ganas de huirme!, cerrarme como se cierra un libro. Encontré páginas viejas que me quedaron por leer, ¿y si eran viejas por qué me hacían llorar, en lugar de alegrarme?, me convulsionaban sacándome de mis casillas, mi “yo” era un auténtico cretino ocultador, y lo supe, aunque no supiera aún qué hacer al respecto. Pero si de algo estaba segura, era de que  aquello, no, no era yo, eran mis sombras.

¡Por dios, cómo eran mis pompas de chicle, de grandes, redondas, y brillantes, …. y qué pocas preocupaciones tenía yo!
Pequeños continentes, diversos, absurdos, cargas de un “Smith and Wesson”, hileras rezando un rosario ¡los muy mudos! Ingrávidos, miedosos, mártires de los ataques de vértigo. ¡Sabed, que hago pompas de vosotros!

Pompas combatientes, ilusionistas, guerreras, mandonas y juzgadoras, salvadoras y clementes,  locas que me mostráis sabiamente, divertidas, absurdas, creativas, y en las que me reconozco,  ….hago pompas, montones de pompas…. os suelto, os suelto, y suelto.

Amparo Suárez.


jueves, 27 de noviembre de 2014

El pensamiento


Pero aquella pregunta ya no dejó de resonar en su cabeza ..
"¿Los sentimientos eran de los pensamientos ó era al revés?".


Y ¿Cómo tirar del hilo sin deshacer el ovillo?,  pensó. Pero al cruzar la calle y doblar la esquina se olvido. Y mientras caminaba por aquella oscura y solitaria calle las palabras acudieron...., 

“Teluro, molibdemo, wolframio, …Echebarría, Uzustun, Mendieta…..”,

él sabía bien lo que significaban y sonrió, ¡metáforas del pensamiento!, se dijo, "esta vez no estuve desprevenido".
Y entonces lo supo, supo cual fue el propósito de aquella pregunta,...:  Debía ser un farero de palabras Y el  vigía de sus espejadas  mareas,
 Darles luz, mirarlas, y desmadejarlas del derecho y del reves, del derecho y del revés. Y   desaprender...desaprender....desaprender.



Amparo Suárez

(Imagen de Catrin Welz-Stein)


sábado, 22 de noviembre de 2014

Blanco

(Imagen: Ascensión, Francisco Díaz)


Blanco, así te quiero, como esta hoja frente a mí, y no llena de ti. Porque yo temo ser tú. Convertirme en ti, que te adueñes, me rodees,  y tú seas yo misma.

Sombra, sigue siendo manantial sin ser laguna.

Me atraviesas, tocas a este loco que late y late acelerado.

Te amo, amo tu ímpetu, tu arrojo, tu locura, y la elocuencia con la que me arrancas sonrisas como un mago.
Te odio, odio tu ímpetu, tu arrojo, tu cordura, y la elocuencia con la que me arrancas la ropa que me vistió de lo que no soy.

Perfecto, perfectamente perfecto allí en donde no existes, tú: Blanco, sombra, niebla…humo.

Loca, eres de acero inoxidable, vuelas y vuelas, ve, atraviesa límites, surca los vientos, cabalga entre los cúmulos, pellizca las nubes, alimenta el alma de sabores nuevos, pero regresa.


Amparo Suárez.

Tic-tac, tic-tac, tic-tac.


No sé lo que es, no, no lo sé,...esto ó tal vez aquello,  tal vez, tal vez no,… no lo sé.
No, no, no, no es eso. No, no es eso. 
Y no, no, no era ella, ni los cumpleaños, ni si quiera mis sombreros.... Era el salto, el maldito salto….

Y saltó, la alarma saltó, y el loco conejo blanco atravesó la tapadera de mis sentíos.
Sus ojillos miopes asomaron por encima de las gafas  “¿Te das cuenta?”, dijo mostrándome el reloj, “Es tarde, muy tarde”, … , y le seguí, corrí tras él calle arriba y fue muy tarde, muy tarde… me dejó toda la carga de la maquinaria sobre mis hombros, … Un minuto, ¿Ó quizás fuera un segundo?, no estoy seguro,  “Tic-tac, tic-tac, tic-tac” , de pared,  holandeses, de mesa, de pié; yo corría y corría entre ellos tratando de alcanzarle, …“Tic – tac, tic – tac, tic – tac”. Sus agujas giraban enloquecidas hasta que se perdió de mi  vista, y entonces, fue cuando la ví, la ví, joder la vi,  mi resbaladera, y yo estaba allí, desnudo.


Amparo Suárez