Un cuentecito.
Ell había heredado el don de su abuela materna, una poderosa bruja de la comarca, que provenía de una gran estirpe de magos.
El día que cumplió tres años, su abuela dejó a Ell un mensaje de vital importancia que debía conocer en el futuro. Aquella noche su abuela fue hasta la habitación de Ell, se acercó a su cuna y dejó caer sobre ella una pócima a la que había dado forma de sueño y que la niña respiró, fue así como éste sueño permaneció oculto en su memoria hasta su décimo primer cumpleaños.
En el sueño su abuela la informaba acerca de su verdadera identidad y de los peligros a los que se vería expuesta por éste mismo motivo, ya que aquellos que poseen el don reconocen a sus iguales.
La comunidad llevaba tiempo esperando la llegada de “la séptima bruja” que anunciaba la profecía y que devolvería al clan de magos “El gran Libro T.”. Éste libro de poder y magia, daba conocimientos elevados en ella y provocaba el despertar del don a quién se le practicaba un ritual contenido en una de sus páginas, convirtiéndole en uno de ellos.
Su nieta, era séptima mujer nacida en su familia con el don. Si éste secreto que ahora sólo conocía su familia se descubriera, probablemente la niña comenzara a ser conocida en toda la comarca y con toda seguridad estaría entre las candidatas a aniquilar para que la profecía no se cumpliera, así que no tardarían en dar con ella.
Un malvado brujo robó el libro enviando a su guardián al mundo de las sombras, desde entonces, el consejo de la magia comenzó decrecer debilitándose pues cada vez eran menos los nacidos con el don, al punto de llegar a temer por la continuidad de su legado en la comarca.
Transcurrieron años tranquilos en los que aparentemente nada relevante sucedió en la comarca, ni en la vida de la pequeña Ell, que fue crecía llevando una vida como la de los otros niños de la comarca, alejada de la magia, entre juegos y el cariño de los suyos, y así llegó el día en que cumpliría once años y Ell recordara el sueño. Fue entonces que Ell comenzaría el periplo de su vida como una pequeña aprendiz de maga … y aquí comienza la historia que ahora voy a contarles....
Había una vez (no hay cuento que se precie que no comience así) una pequeña aprendiz de maga llamada Ell, un espíritu muy aventurero que de vez en cuando se metía en líos, y ahora, sin saber cómo, se encontraba en uno de ellos.
Resultó que un día se adentró más de lo debido en el “Bosque de la oscuridad”, y tropezó con un “malvado brujo” de la comarca que le recitó un encantamiento dejándola muda, unas horas más tarde de reemprender su viaje también encontró a “el malvado druida” malhumorado de “El bosque Encantado” que andaba de paso por allí, y éste le lanzó una pócima a sus ojos dejándola completamente a oscuras.
Como nuestra valiente Ell, estaba un poco loca, era muy obstinada, y se encontraba en una misión muy importante… ó quizás porque pensó que tampoco se iba a quedar así para toda la vida,……ó por ambas a la vez. Vaya usted a saber….. Decidió no desfallecer y ponerse manos a la obra, confiando en que “un poco de suerte, el oído y sus pies” serían suficientes para encontrar “La Torre de Sell” en donde esperaba hallar a su amadísimo mago, (al que quería al cuadrado con locura hasta el infinito y más allá) librarse del efecto de hechizo y la pócima bajo los que se encontraba ahora sumida… No antes de recuperar “El gran libro de T.” (ó “Todo lo que debe saber un mago que se precie de ello”) para así devolverle la magia perdida al poblado y reestablecer el orden en la comarca.
Durante días anduvo perdida por el bosque, pero cada vez que se detenía a descansar, oía el canto de un pájaro muy cerca de ella, una corazonada le impulsó a seguir el canto de aquel ave, y éste a modo de guía la llevó ante la mismísima entrada de la Gran Torre Sell.
Ell, tropezó con lo que parecía ser un muro de hiedra, su pared dejó a la vista a un pasadizo oculto entre la maleza que mágicamente se abrió. Ella se introdujo por él siguiéndolo a rastras haciendo círculos en espiral hasta que sus manos tocaron una tela que reconoció como terciopelo, entonces oyó sonidos y permaneció inmóvil, agazapada, oculta tras lo que creyó que eran unas cortinas.
Aquellos extraños sonidos no cesaron, … ¡Pero todos ellos sonaban de igual modo, era una…, parecía una conversación hecha con sonidos…, si, eran parecidos a los silbidos, ¡Y Curiosamente a ella les resultaban familiar! Como si los hubiera escuchado ya alguna vez en un sueño….
El cansancio la rindió y venciéndola el sueño durmió durante horas, y cuando despertó había perdido la noción del tiempo, pero los silbidos continuaban, lo extraño es que ahora ella les encontraba sentido, podía, aunque torpemente, interpretar parte de su significado.
Allí, un grupo parecía debatir acaloradamente sobre un ataque a las provincias…y las tierras oscuras.
“¿Será el mago uno de ellos?”, se decía Ell, que así lo hubiera querido.
Pero dada sus circunstancias, bajo el efecto de los hechizos, poco podía hacer, pensó. Aunque aquel, bien podría también ser el brujo, quién con sus artimañas la habría hecho llegar hasta allí, “¡Claro!”, razonaba Ell, “Él podría ser cabecilla de todos ellos”…
Por lo que la niña esperaba inquieta hasta saber qué hacer…
Entre tanto, los magos hablaban de una guerra y la conquista de los reinos, para llevar a otro mundo la magia de este.
Ell recordó, que el inicio de una guerra entre los clanes, era la primera señal por la que se reconocería el comienzo de la profecía. Y presupuso, que quizás la clave de lo que allí se disputaban, era una especie de talismán que no tenían aún….
Esa noche en la que celebraban la reunión, la revelación llegó, la voz que a ella le pareció como la del cabecilla del grupo, la había descubierto. Y esta vez, se dirigía a ella, los demás guardaban silencio
“Ell, sal de ahí, no tengas miedo. Ell, ven, sígueme, voy a mostrarte un lugar donde podrás ser quien siempre has querido, sabes bien que no eres como ellos, tú eres como nosotros Ell….. Ven, sígueme, no tengas miedo, allí estarás por encima de todos los encantamientos, serás tú la que tenga el poder y sentirás su fuerza. Ven Ell, y sígueme.”
Ella no podía ver y ante la imposibilidad de decir nada en su defensa, se vio vencida, pero valientemente salió de su escondite.
No existe riesgo que el amor no sea capaz de correr, hasta pensó que tal vez el mago preparaba su huída, que se había hecho pasar por uno de ellos y les habría engañado y sin que los demás supieran, estaría ejecutando un plan,... pero debía encontrar el libro aunque también debía alertar a la comunidad del posible ataque,….
Se dejó llevar por la intuición. Siempre que esto pasaba el corazón le latía fuerte,…..Entonces sintió que sus pies se despegaban del suelo y comenzaba a flotar subiendo hacia la boca de la claraboya que coronaba el techo de la torre, en un ascenso que era ya imparable.
“Sígueme Ell, no tengas miedo” oía.
Y Ell subía, elevándose cada vez más, sintiendo el vértigo del ascenso. Un fuerte viento se levantó y las paredes de la torre retumbaron agrietándose. Por entre las grietas comenzó a filtrarse un espeso y oscuro humo negro, la neblina enrarecía y pintaba el aire.
La claraboya se abrió, y ella intuyó que se dirigía hacia la salida. El mago pronunció palabras en una extraña lengua que no pudo entender y un estruendoso trueno retumbó sobre la claraboya.
Ell se detuvo,…
-Si regresas pequeña Ell, estarás cometiendo el mayor error de tu vida.
Y continuó siguiendo la estela de humo que se escapaba hacia arriba y que olía a incienso pareciendo indicarle el camino.
Durante el ascenso recuperó sus sentidos perdidos, y al salir pudo ver frente a ella una gran puerta suspendida en el aire, sus hojas estaban ahora abriéndose hasta quedar de par en par. Y como sus pies flotaban, caminó hacia ella y cruzó el umbral.
En el aire flotaban como ella letras de humo blanco, formando frases, no pudo reconocerlas, tenía la impresión de ser observada. Pero ya no sentía temor, incluso se atrevió a tocar un gran platillo dorado para advertir de su presencia allí a todos. Y como no aparecía nadie, se adentró a una gran sala a pocos pasos de la entrada, una de las paredes era una gran biblioteca, en las estanterías los libros llegaban tan arriba que su altura se perdía de vista. En la pared contigua unas vitrinas contenían pequeños frascos de cristal etiquetados, con líquidos de diferentes colores en su interior, los de color transparente conservaban órganos y restos de pequeños animales.
Aquel, pensó Ell, debía sin duda ser el lugar desde donde partía la magia. En aquella sala se podía percibir una gran concentración de energía. Y comprendió que sólo se podía llegar allí a través de la magia, y que ella misma había recorrido todo aquel camino para encontrarla.
En la pared contigua, colgaban cuadros de magos de diferentes reinos que reconoció inmediatamente, y un gran sello en el que aparecía el lema e insignia de la comunidad de magos, junto a dos grandes estatuas de mármol.
Esperó un largo rato allí de pié, esperó, esperó,… pero como nada ocurría. Luego salió de allí un poco decepcionada oyendo como a su salida la gran puerta se cerraba.
Una vez volvió a cruzar el umbral, en un solo parpadeo, regresó mágicamente a la habitación central de la torre.
Presentía a Los magos allí reunidos, y aunque no les veía, ellos la esperaran a ella.
Entonces el eco de uno de ellos rebotó en las paredes rompiendo aquel silencio en un tono que a ella le pareció débil y cansado.
-Regresa a casa “Ell, la elegida”. El consejo aquí reunido es testigo de que has superado la prueba al traspasar el umbral por el que sólo “los elegidos” pasan.
Al hacerlo has liberado al libro de las sombras en las que el brujo lo confinó, ocultándolo durante estos largos años, pues el día que “el elegido” entrara en ésta sala el mago nos devolvería el libro.
Hoy regresará contigo. En él encontrarás sabiduría, recorre cada una de sus páginas y anda el camino que aún te falta hasta que un día puedas volver en quien te convertirás, este es uno de los motivos por los que ahora no puedes vernos, pero ten fe, porque llegarás a ser muy poderosa e importante para la magia en el reino. Tu magia todavía permanece dormida.
Recuerda bien estas palabras “Ell, la elegida”: una gran guerra comenzará. Y sólo entonces deberás volver.
Los magos le hicieron también a Ell un regalo, su primera escoba, con la que Ell volvería de regreso a su casa y que le acompañaría desde ese día en su muchas aventuras, y a la que puso de nombre “winifried”.
Amparo Suárez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario