martes, 10 de diciembre de 2013

Te quiero chica liberada, por siempre.



“Te quiero chica liberada, por siempre”
Liberian girl. Michael Jackson.

La mañana destapó los velos apagando los reflejos de los espejos. Balanceando ésa idea para ser asida y en sus manos, analizarla, medirla, estructurarla, contextual izarla, consensuarla….

La razón tiró los dados nuevamente y sus ilusiones jugaron otra ronda de posibilidades, y es que ella dibujando con el dedo su silueta le puso cara y vestido de diario lo llevaba a todos lados. Como corazón de latir fuerte… nada era comparable a aquella droga.

No se acostumbraba a aquella espera, a convivir con la melancolía, a recorrer océanos navegando a ninguna parte,…un avanzar junto a las agujas del reloj en un tiempo que nunca podría asegurar si existiría pero al que ella acompañaba como marioneta de cuerda en una hora convenida que nunca fue dicha.

Al alba, la intimidad de la noche llenaba espacios imaginados, encuentros,  conectándola mágicamente al mundo de los sueños.

Respiraba el vértigo de la subida, rozando un abismo que lo olvidaba todo, a ella, al miedo…  para rescatar palabras prohibidas, imposibles posibles,… y no, no quería irse, ni lo evitaría, no abandonaría. Subió el volumen de la música y esa idea a su vez dejó de resistirse prestando ahora atención a su canción dedicada: “La chica liberada”

La canción canta al amor eterno, a las almas gemelas, a los encuentros, ¿y si fuera el suyo?, pero el suyo el viento se lo llevaba de su lado segundos después a su paso, siempre era así…

¡Qué demonios!.. ¡Chifada chica liberada debes ser fuerte, tan fuerte como es el viento!

Y la duda asomó de nuevo ¿Cómo iba su mente a inventarse algo así, chiflada Chica liberada?,  No, ella no estaba loca gritaban las agujas del tiempo.

La chica liberada amaba sombras que se escapaban entre sus dedos, títere del ensueño que no sabe de otra cosa que de palabras de música, del verbo que solo entiende el corazón, que amalgamando sílabas las encendía para luego salirles a ella del pecho hechas saetas.

Amparo Suárez.

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