jueves, 5 de septiembre de 2013

El filántropo



Aquella mañana me encontraba en el centro, en la esquina entre el Duque y Trajano a punto de estacionar el taxi en la parada y vi que desde la acera, una rubia hizo una señal con la mano requiriendo mis servicios.

Cogí de la guantera mis gafas y me puse una gran mascota negra que llevo siempre en el asiento delantero,  y encendiendo los intermitentes,  puse cuidado de parar a su altura.
No tuve la suerte de ser bien parecido, así que una noche en la que me bebí la bodega del Antoñín, me tatué como los zahories ¿o eran Mahories?....Total, que ahora, a la luz del día, mi cara es como un mapa de esos piratas que abordaban galeones españoles.
La gente sube a mi coche porque lleva cristales ahumados pero una vez dentro la mayoría huye despavorida. Así que jalé la mascota y me ajusté las gafas, de manera que sólo asomaba de mí una poblada barba.

"La carrera será buena, al aeropuerto. Sube la bandera y estate calladito hasta que ella pregunte.....Shuuu, ¡No!, es imposible que ella quiera tu larga barba. Deja de pensar esas  tonterías."



No siempre he sido taxista, pero la vida da giros, y uno de ellos me trajo aquí.  Antes, fui curandero, vivía discretamente a las afueras de un pueblo, lejos de las prisas, rodeado de frutales. Pero el boca a boca fue a más y no pude aguantar la presión. Y Antes que eso, fui recadero,  crecí despidiéndome de mi padre que sin jornal se bajaba al moro, y nosotros yendo y viniendo con mi madre todas las semanas a por tabaco y whisky, camuflado entre mochilas de estraperlo. Aquello no daba para vivir, daba para subsistir, así que eso hacíamos.
Cuando tuve un par de añitos más,  empecé a buscarme la vida ya sólo. De lo que sacaba, le daba una parte a mí madre y el resto era mío, buenas palizas me llevó entenderlo.. A mi viejo pasábamos largas temporadas sin verle.

He sido un buscavidas al que no le  mueve el dinero.

Aquella mañana yo sabía que la rubia se  metería en un lío. De hecho a mí siempre la intuición me pasaba la mano por el lomo, como avisándome  antes de que pasaran las cosas, sentía algo que se me metía en la boca del estómago, y me  rondaba...como una alarma dentro de la barriga. Quiza fuera éso lo que me puso  en el camino de la filantropía...

-Señorita!, usteé dirá.
-Por favor lléveme al aeropuerto. Y ponga usted el aire hombre de Dios, que aquí deben de hacer más de cuarenta grados.
-Le viene fatal para las alergias, pero si se empeña allá usted.
-Claro que me empeño. Y dele al máximo... Alergias , tiene gracia ¿Cómo lo supo?

Puse la radio para no tener que darle explicaciones. Y subí el aire a tope de power.....

Qué mal genio tenía la joia, ...y aún no le había dicho que perdería su avión....  Aunque me había propuesto estarme calladito, traicionándome se lo confesé.

-Señorita, usted va a perder el avión -le dije yendo al grano. -Antes de que se lo tome a mal. No es que vaya a ser por mí culpa,  es que me da pena que se haga ilusiónes.

-¿Qué dice?  usted sabe quién soy  ¿verdad? ¿Por eso está jugando conmigo?

Dijo mirándome por el espejo retrovisor con cara de sorpresa y muy enfadada.

Lo cierto es que antes de que yo volviese a hablar me echó las culpas, dijo que yo me entretendría y ése sería el motivo de perderlo pero que sí llegábamos tarde me denunciaría...Era mucho lo que había en juego.
No me dejó más salida que la de contarle lo que iba a ocurrir. Y fue entonces cuando sacó su grabador y se puso a escribir en un bloc de notas.
Con el tiempo he aprendido a que no hay que insistir en explicarles todo,  porque la gente, de lo que oye sólo cree aquello que les interesa. Además todo se basaba en mi intuición. Para qué malgastar aliento.
Dejé que hablaran los hechos.

No hablamos más durante todo el trayecto hasta que llegamos al aeropuerto, en donde bajó del auto como un rayo para esperar a que yo sacara sus cosas del maletero.
Me pagó antes de bajar y se fue para adentro sin decirme ni adiós.
Yo esperé pacientemente casi una hora a que volviera a aparecer, la vi, bajé del taxi,  y me acerqué a ella para ayudarla de nuevo con su equipaje.
Ella , en lugar de enfadarse conmigo le dijo al compañero que fue  ella quién me había llamado a mí,  para llevarla a  Sevilla.
A lo mejor si le gustó mi barba pensé.

-¿Cómo lo supo? Ha sido una casualidad ¿Verdad?
-¿A Sevilla Señorita?
-Venga ya!, dígame cómo lo sabía. Ha debido usted oír algo en alguna parte y deducir el resto....

Y entonces cambió su expresión como dándose cuenta de algo qué yo no  alcancé a comprender,  resignada añadió:
 -En el fondo todos querriamos ver magia en lugar de una explicación,  hay un resquicio de esperanza en todos nosotros que nos mantiene en la duda ¿verdad?. Si te preguntan si hay vida fuera de nuestro planeta, dices ....no , pero si ése no, es un "no lo sabemos". entonces todos miran al cielo de una manera diferente. ¿Les ha visto? Casi me pillan.

Cuando nos despedimos no llevaba mi gorra, y mís pliegues no la asustaron. Pero ella,  no se quitó sus gafas.

Para mí filantropía fue un golpe duro de roer, perdí la carrera de vuelta y la hora que me quedé esperándola pero no pude cobrarle,  y es que a mí las caras bonitas me pierden. Y como ella había perdido la cartera.., le regalé la vuelta.
Me preguntó mi nombre,  no creo que fuera porque pensara que yo se la robé, pero yo no quise dárselo, porque yo le pedí el suyo y tampoco me lo dio.

Cuando uno ha vivido lo que yo, no suele sorprenderse fácilmente, pero esa misma noche, limpiando el taxi antes de irme a casa, al levantar el reposabrazos del coche , encontré su cartera.  La abrí,  y  cogí una de las tarjetas que llevaban  impresa su foto. En ellas decía: Anhela Madin. Futurología, médiumnidad y Tarot. Con tres números de teléfono  acompañando el pie de foto.
Será mentirosa la puñetera, pensé.

En resumen, yo sabía que ella no cogería el avión y yo la llevaría de vuelta a Sevilla. Nada más.....

Y ahora ¿podría usted contarme el resto y explicarme qué hago yo en éste hospital? Pero por favor no levante la voz que la cabeza me va a estallar.

-Su clienta es una persona muy conocida, dirige uno de los programas con más audiencia de la televisión, su novios es peligroso mafioso dueño de la cadena en la que se emite el programa.  La gente llama al canal para hacerle consultas. Me cuesta creer que no sepa quién es.
Ella había decidido dejarle y puso en marcha su huida la noche antes de subir a su taxi, todo comenzó en el hotel donde se hospedaba con él. Aquella noche se hizo con su cartera y le sustrajo  una llave que pertenece a una caja de seguridad de un banco en Suiza en el que sabemos tiene a buen recaudo una gran  fortuna. Ella Iba a cambiar su identidad una vez que consiguiera salir del País, pero las cosas no salieron como ella pensó y por la mañana  Iván Lenvviski que ya se olía su abandono alertó en su televisión de que la famosa de su cadena estaría aquella mañana en el aeropuerto. Cuando subió a su taxi, ya la estaban siguiendo, al subir de nuevo a su automóvil debieron sospechar  que usted podría  su cómplice, y para estar seguros le siguieron después de que ella se bajó del taxi. Su intención era quitarle a usted de en medio para no dejar cabos sueltos, luego recuperar la llave y eliminarla a ella. Por eso le dieron el golpe en la nuca y dejaron asfixiarse dentro del garaje en su coche. Usted sabía demasiado.

-Estuve tan pendiente de ella, que no me percaté del peligro. Y ¿Qué ha sido de ella? ¿y cómo supieron lo de la llave?

-Ella llegó a media noche a su garaje y le encontró, recuperó la cartera y desde su móvil nos llamó para que viniéramos a rescatarle. Le salvó porque la llave ya no estaba en la cartera, y viéndose perdida se entregó a cambio de una nueva identidad.

-Pero entonces, si ella tampoco la tenía ¿donde estaba la llave?
-La llave,  apareció  en su rescate,  al desnudarle en el hospital la descubrieron  dentro de su espesa barba.
-Ya sé porqué pensé que le tenía amor a mi barba. Jajajaja.

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