La pasada noche, en la centralita de comisaría se registró una
llamada a la 1:05 de la madrugada. A través un teléfono móvil, una voz
masculina denunció una pelea con armas en la que aseguraba haber visto cómo un
hombre había perdido la vida, ocurría en
la calle 55.
Se envió un coche patrulla, y los agentes tras un primer
reconocimiento informaban que habían hallado evidencias suficientes de la misma
aunque no habían encontrado cadáver.
Por la mañana, el Comisario, bajó del coche a toda prisa
dirigiéndose al lugar en donde se encontraban los inspectores Limón y Ramírez.
-
Y bien, ¿puede alguien explicar qué demonios ha
ocurrido aquí?
-
Es muy extraño, señor, los vecinos no han visto nada, pero
la llamada se hizo desde aquí….
-
Al grano Ramírez.
-
Sí señor comisario. El móvil pertenece a un famoso
periodista que vive en esta misma calle. Le hemos llevado a comisaría y están
procediendo al registro de su casa.
-
¿Cómo no se me ha informado del registro? ¡Dígame que
tienen una orden!… Ah y que no le
interroguen hasta que yo esté presente, ¿entendido?
-
Pero Comisario….
-
Es una orden Limón.
A media tarde en la
comisaría el periodista prestaba ya declaración....
-Anoche, cuando volvía
caminando a casa desde la redacción del periódico en el que trabajo, comencé a
oír unos golpes metálicos, acompasados, pensé que no eran horas, y me dije que quizá
fueran operarios acometiendo algún trabajo por la zona, pero al doblar la
esquina que da a mi calle les vi. Sus espadas eran auténticas y aquellos
hombres estaban bien entrenados en el manejo de las armas, luchaban a muerte.
Al verles sentí miedo, pero a la vez quedé fascinado, lo que me dio el valor para no salir
corriendo de allí, y buscar refugio tras una cabina de teléfonos para seguir
observándoles. No sé que tiempo
transcurrió antes de mi llamada a comisaría, …, uno de ellos quedó desarmado, cayó al suelo, y fue cuando ocurrió, el atacante sujetó la
espada con las dos manos y de un tajo le separó la cabeza del torso. Salía humo
sin llamas y quedó reducido a nada, ni el más mínimo rastro de la
cabeza ni el cuerpo, sólo el cerco en el suelo… Parecía estar buscando algo en
el lugar, tal vez la espada, …abandonó la búsqueda y se giró, como sabiéndose
observado, y al advertir mi presencia se aproximó hacia mí, pero comenzamos a oír las sirenas de la policía, “creo que fue lo que me salvó”, se detuvo, me
apuntó con su dedo índice y luego dio media vuelta alejándose calle abajo.
-No, otra vez, no. ¿Acaso cree que voy a tragarme esa
historia? ¿Donde está la espada? ¿No dice usted que la cogió? …entonces ¿por
qué ahora no aparece?
-Comisario, sé lo que vi, y lo mantengo, no les he mentido,
la llevé conmigo a mi casa. Como les dije, allí a unos metros de mí, estaba la
espada, pensé que era la obra de un maestro artesano, en su empuñadura llevaba tallado
un símbolo,…. La hoja estaba muy afilada y tenía hecha unas marcas en el acero,….,
supe que era antigua nada más verla, del el siglo XV, entonces las espadas eran más ligeras y formaba parte de la
indumentaria, por eso se las conoce por espadas roperas, la hoja es más larga y estrecha que las del
medievo, de más fácil manejo, opino que el
dibujo en su empuñadura de lazo nos darán mas pistas, estoy seguro…. Y mantengo
que la metí bajo mi abrigo y salí corriendo. Pero no es lo que piensan, además
les vendría bien mi ayuda en su investigación….
-¡Lo que usted vió!...., Usted,… usted no vió nada. Sabemos
que ha publicado artículos sobre tratados de espadas de la época, Usted, está
intentando vendernos un cuento chino que seguramente mañana sea el titular de
la primera página de su diario. Estamos perdiendo el tiempo.
Y diciendo esto salió dando un portazo de la sala de
interrogatorios.
- No tenemos nada…. Le
dejaremos esta noche pero mañana tendremos que soltarlo.
A media noche en los calabozos, un sonido metálico despertó
al periodista.
-Si te empeñas en afirmar esas cosas -dijo empuñando la espada – perderás tu reputación, o te tomarán por un
loco…
Sacó un pequeño frasco de su chaqueta y lo estrelló dentro
del suelo de la celda en la que quedó vertido su contenido líquido que al
contacto con el aire reaccionó transformándose. El gas que manaba del suelo aturdió al
periodista.
- Cuando despiertes tendrás un fuerte dolor de cabeza.
Mañana, no recordarás nada, y todo esto se olvidará,…. será entonces, cuando nos volveremos a encontrar.
No les has contado toda la verdad, te has quedado con la piedra
de la empuñadura, ¿te crees muy listo verdad?
No sabes donde te has metido. Por tu bien devuélvela y no volverás a
vernos. ¿No dices nada? Cada segundo cuenta, no puedes quedártela, te
transformará… y tú no sabes nada…..bien, tu lo has querido..Felices sueños.
En el suelo, mientras inútilmente luchaba por mantenerse
despierto, tuvo la esperanza de que quizás aún no estuviera todo perdido, ¡su
grabadora! , …¿tal vez habría
sobrevivido al registro? Había sido un estúpido… no sólo por lo que le pudiera
hacer, él tenía razón, en un impulso de no separarse de ella, se había tragado la piedra cuando fueron a
buscarle. Si era verdad que era la clave de todo tenía que sacarla de su cuerpo
lo antes posible, pero no lo recordaría...Su
mente comenzaba ya a nublarse mientras el hombre se marchaba.
Frente a él en el suelo, tuvo la solución, cogiendo un pequeño
y afilado trozo de vidrio del frasco, se subió la manga de la camisa y comenzó
a arañar su antebrazo haciendo que le saltara la sangre para escribir “vomita luz” …luego todo se volvió
confuso, oscuro y se durmió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario