Aquella noche Ernesto soñó de nuevo con la escalera, en su ascensión hacia lo que parecía ser el cielo los peldaños flotaban suspendidos en el aire sin una estructura que los uniera, la recorrió con la vista hasta lo más alto en donde el resplandor cegador de la luz impedía poder ver más allá…
La escalera de Jacob. Había observado tanto y tan detenidamente aquel cuadro en tan breve espacio de tiempo pensando en si su autor, W. Blake, habría estado como él mismo al borde de la muerte e inspirado por esa experiencia decidió plasmarla en aquél cuadro. El fulgor de aquella luz al final del túnel,…¿Cómo sino habría de encontrar en este cuadro tantas coincidencias con su viaje? El hombre recostado sobre el suelo le recordaba el momento en que él, cayendo de bruces al suelo salió despedido de su cuerpo en un estado que le permitía a la vez ser consciente y etéreo, pura energía.
Lo contemplaba, y un sin fin de preguntas venían a la mente, tantas que de haber tenido la oportunidad de estar frente al mismísimo W. Blake, se dijo, ¡le habría bombardeado con ellas!........
¿Y sí tras abandonar un cuerpo ya nada impide que saltemos dimensionalmente? Tal vez no seamos más que eso - pensaba -, "pura energía contenida en un cuerpo", atrapados en una dimensión regida por leyes que afectan sólo a este plano del universo. ¿Y sí en éste plano en el que habito, la energía se materializa para adaptarse al entorno, y cambiar lo percibido es cambiar la realidad... Pero... qué pasaría si no tuviésemos cuerpo?, sino “sólo energía” sin ser afectados, sin "gravedad" ¿Y si el tiempo no existiera, o no se sucediera como lo percibimos realmente?… ¿podría entonces la energía atravesar otros planos, transportarse, viajar a otros espacios-tiempo?… sí la energía contenida de lo que somos encontrara la forma de liberarse, ¿qué le impediría dar el salto a diferentes planos en otro estado?
Tal vez nuestros átomos se rijan por otras leyes diferentes que desconocemos o no comprendemos aún del todo, y se asemejen a las del resto del universo. Leyes que no podemos entender a menos que ocurra algo extraordinario, o se de la oportunidad de experimentar un fenómeno como el que me sucedió a mí, para a penas vislumbrar una pequeñísima parte del todo que formará este gran misterio.
La física cuántica mantiene que en el universo emite ondas vibracionales, y si fuera posible canalizar la vibración..., ¿y si el hecho de coincidir en esa misma armonía nos conectara a otros planos dimensionales?
Era maravilloso reparar en que nuestras neuronas se agrupan en el cerebro de manera similar a como está agrupado el universo ó que todos compartimos parte de esa misma esencia.
Él, no alcanzaba a entender lo que había podido experimentar y que le había cambiado para siempre, e intentando una y otra vez atar tantos cabos sueltos, volvía al mismo punto una y otra vez….- y ¿Qué resorte hace que se active ese mecanismo? -.
Recordó entonces el día en que aquel espíritu conectó con él en el parque ..
-Pudiera ser -siguió pensando -que su alma, inmortal, al salir del cuerpo de esa manera tan violenta, tan abrupta, permanezca en espera de saber qué hacer al haber sido arrancada de su consciente de golpe, quizás creó una realidad que le era conocida para así aguardar en ese limbo de recuerdos hasta que la escalera descienda del cielo y sea el momento de volver a reencontrarse en la luz con el todo, con una consciencia global del propio universo, con el primero y el último, con el alfa y la omega. O que mientras espera, pueda permanecer en un plano en el que ve y siente lo de este lado en donde ahora estamos aguardando el resto de los mortales y por eso ha podido conectar conmigo.
Fue en medio de todo este razonamiento, cuando por fin creyó que lo ocurrido en el parque podía ser la consecuencia de compartir una consciencia. Y que durante un periodo de tiempo breve su mente conectó con los pensamientos y la realidad de un ser de energía, el Sr. I. Nowsan.
Cuanto había cambiado, jamás pensó ver en él mismo a este hombre que cuestionaba si la vida iba más allá de lo tangible, lo terreno…, y ahora más que nunca, pensaba que la palabra que nunca tuvo más sentido para él que para las matemáticas: “infinito” podía servir para darle explicación a este trance.
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Lucía se encontraba en el hospital, camino de la morgue decidida iterarle a su colega las dudas que albergaba entorno a las circunstancias de la muerte de su difunto marido, recorría los pasillos del hospital cabizbaja y cambió el rumbo de sus pasos dirigiéndose al garaje del hospital…, “porque allí era a donde debía ir”, pensaba, “a buscar indicios que confirmaran lo que no podía quitarse de la cabeza”, estaba segura que la esperaban allí pistas pasadas por alto, y ella: ¡muy meticulosa!, ¡mucho más que todos ellos!,... no se fiaba de que hubieran buscado a conciencia, “ellos dieron todo por sentado desde el principio”, cavilaba…., y cada día estaba más segura de que su marido no se había quitado la vida aquél día en la oficina, porque I. Nowsan nunca habría hecho algo así.
Disponía del tiempo necesario para echar un vistazo y volver al trabajo sin que la echaran de menos.
Al llegar a la puerta del piso advirtió que el precinto amarillo que debía sellar la puerta estaba en el suelo, y las ventanas estaban abiertas de par en par “Alguien se me adelantó” se dijo, la policía no hubiera dejado el apartamento así, y el precinto seguiría en su sitio. “Además”, prosiguió, “Han intentado limpiar el piso, ¿si no? ¿Qué hacen aquí el cubo y la fregona en la entrada?…esto no es cosa de la policía”
En la habitación en la que encontraron a Nowsan, observó que la caja fuerte de la pared que debía estar oculta tras un cuadro, había quedado a la vista, comprobó que estaba cerrada. Siguió entonces inspeccionando la mesa del escritorio, los papeles habían quedado desperdigados por ella, su marido jamás los habría dejado de tal modo, los examinó meticulosamente para luego rebuscar entre los cajones de la mesa, golpeó con los nudillos sobre las paredes interiores y uno de estos toques le devolvió un sonido hueco, presionó la madera hacia adentro encontrando un doble fondo. Desplazándolo cayó de éste lo que parecía ser una agenda pequeñita. Con sorpresa y satisfacción, la tomó en sus manos y comenzó a ojearla, sus hojas contenían series de números y pequeñas anotaciones. Nerviosa, se la guardó en el bolsillo de su abrigo y terminó de comprobar el resto de las cosas , “Esto es frustrante, no encuentro relación con su muerte…. Tal vez la clave esté en esta agenda ó en el contenido de la caja fuerte” pensó mientras salía de la habitación.
Cerró todas las ventanas del piso y una vez fuera, cogió su móvil para llamar al agente encargado del caso con la intención de advertirles que habían entrado allí.
-Señora- dijo con paciencia el agente, -ya se lo hemos dicho. Lo del el precinto es que se nos habrá olvidado retirarlo de allí, mis disculpas, pero como le dije el caso está cerrado-
-Esto no va a quedar así, tendrán ustedes que reabrirlo, se lo aseguro, y créame que no descansaré hasta que así sea- dijo ella colgando furiosa el móvil.
Caminaba por el pasillo, preguntándose si tal vez habría alguien que hubiera visto algo en el portal. Antes de marcharse debía intentarlo, haría algunas pesquisas con la esperanza de poder arrojar un poco más de luz al asunto. Lo que ella desconocía era que el portero estaba ya sobre aviso y nada más verla llegar se quitó de en medio para no tener que darle explicaciones. Lola había repartido la propina con el buen señor para hacerlo callar y que pasara su visita por alto. Porque cómo ella le dijo…- Porque mire usted, ¿Qué daño hacemos con esto?, ninguno ¿verdad? Pues hoy por mí y mañana por ti -. Y diciendo esto, dejó ver el billete en la mano.
La escalera de Jacob. Había observado tanto y tan detenidamente aquel cuadro en tan breve espacio de tiempo pensando en si su autor, W. Blake, habría estado como él mismo al borde de la muerte e inspirado por esa experiencia decidió plasmarla en aquél cuadro. El fulgor de aquella luz al final del túnel,…¿Cómo sino habría de encontrar en este cuadro tantas coincidencias con su viaje? El hombre recostado sobre el suelo le recordaba el momento en que él, cayendo de bruces al suelo salió despedido de su cuerpo en un estado que le permitía a la vez ser consciente y etéreo, pura energía.
Lo contemplaba, y un sin fin de preguntas venían a la mente, tantas que de haber tenido la oportunidad de estar frente al mismísimo W. Blake, se dijo, ¡le habría bombardeado con ellas!........
¿Y sí tras abandonar un cuerpo ya nada impide que saltemos dimensionalmente? Tal vez no seamos más que eso - pensaba -, "pura energía contenida en un cuerpo", atrapados en una dimensión regida por leyes que afectan sólo a este plano del universo. ¿Y sí en éste plano en el que habito, la energía se materializa para adaptarse al entorno, y cambiar lo percibido es cambiar la realidad... Pero... qué pasaría si no tuviésemos cuerpo?, sino “sólo energía” sin ser afectados, sin "gravedad" ¿Y si el tiempo no existiera, o no se sucediera como lo percibimos realmente?… ¿podría entonces la energía atravesar otros planos, transportarse, viajar a otros espacios-tiempo?… sí la energía contenida de lo que somos encontrara la forma de liberarse, ¿qué le impediría dar el salto a diferentes planos en otro estado?
Tal vez nuestros átomos se rijan por otras leyes diferentes que desconocemos o no comprendemos aún del todo, y se asemejen a las del resto del universo. Leyes que no podemos entender a menos que ocurra algo extraordinario, o se de la oportunidad de experimentar un fenómeno como el que me sucedió a mí, para a penas vislumbrar una pequeñísima parte del todo que formará este gran misterio.
La física cuántica mantiene que en el universo emite ondas vibracionales, y si fuera posible canalizar la vibración..., ¿y si el hecho de coincidir en esa misma armonía nos conectara a otros planos dimensionales?
Era maravilloso reparar en que nuestras neuronas se agrupan en el cerebro de manera similar a como está agrupado el universo ó que todos compartimos parte de esa misma esencia.
Él, no alcanzaba a entender lo que había podido experimentar y que le había cambiado para siempre, e intentando una y otra vez atar tantos cabos sueltos, volvía al mismo punto una y otra vez….- y ¿Qué resorte hace que se active ese mecanismo? -.
Recordó entonces el día en que aquel espíritu conectó con él en el parque ..
-Pudiera ser -siguió pensando -que su alma, inmortal, al salir del cuerpo de esa manera tan violenta, tan abrupta, permanezca en espera de saber qué hacer al haber sido arrancada de su consciente de golpe, quizás creó una realidad que le era conocida para así aguardar en ese limbo de recuerdos hasta que la escalera descienda del cielo y sea el momento de volver a reencontrarse en la luz con el todo, con una consciencia global del propio universo, con el primero y el último, con el alfa y la omega. O que mientras espera, pueda permanecer en un plano en el que ve y siente lo de este lado en donde ahora estamos aguardando el resto de los mortales y por eso ha podido conectar conmigo.
Fue en medio de todo este razonamiento, cuando por fin creyó que lo ocurrido en el parque podía ser la consecuencia de compartir una consciencia. Y que durante un periodo de tiempo breve su mente conectó con los pensamientos y la realidad de un ser de energía, el Sr. I. Nowsan.
Cuanto había cambiado, jamás pensó ver en él mismo a este hombre que cuestionaba si la vida iba más allá de lo tangible, lo terreno…, y ahora más que nunca, pensaba que la palabra que nunca tuvo más sentido para él que para las matemáticas: “infinito” podía servir para darle explicación a este trance.
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Lucía se encontraba en el hospital, camino de la morgue decidida iterarle a su colega las dudas que albergaba entorno a las circunstancias de la muerte de su difunto marido, recorría los pasillos del hospital cabizbaja y cambió el rumbo de sus pasos dirigiéndose al garaje del hospital…, “porque allí era a donde debía ir”, pensaba, “a buscar indicios que confirmaran lo que no podía quitarse de la cabeza”, estaba segura que la esperaban allí pistas pasadas por alto, y ella: ¡muy meticulosa!, ¡mucho más que todos ellos!,... no se fiaba de que hubieran buscado a conciencia, “ellos dieron todo por sentado desde el principio”, cavilaba…., y cada día estaba más segura de que su marido no se había quitado la vida aquél día en la oficina, porque I. Nowsan nunca habría hecho algo así.
Disponía del tiempo necesario para echar un vistazo y volver al trabajo sin que la echaran de menos.
Al llegar a la puerta del piso advirtió que el precinto amarillo que debía sellar la puerta estaba en el suelo, y las ventanas estaban abiertas de par en par “Alguien se me adelantó” se dijo, la policía no hubiera dejado el apartamento así, y el precinto seguiría en su sitio. “Además”, prosiguió, “Han intentado limpiar el piso, ¿si no? ¿Qué hacen aquí el cubo y la fregona en la entrada?…esto no es cosa de la policía”
En la habitación en la que encontraron a Nowsan, observó que la caja fuerte de la pared que debía estar oculta tras un cuadro, había quedado a la vista, comprobó que estaba cerrada. Siguió entonces inspeccionando la mesa del escritorio, los papeles habían quedado desperdigados por ella, su marido jamás los habría dejado de tal modo, los examinó meticulosamente para luego rebuscar entre los cajones de la mesa, golpeó con los nudillos sobre las paredes interiores y uno de estos toques le devolvió un sonido hueco, presionó la madera hacia adentro encontrando un doble fondo. Desplazándolo cayó de éste lo que parecía ser una agenda pequeñita. Con sorpresa y satisfacción, la tomó en sus manos y comenzó a ojearla, sus hojas contenían series de números y pequeñas anotaciones. Nerviosa, se la guardó en el bolsillo de su abrigo y terminó de comprobar el resto de las cosas , “Esto es frustrante, no encuentro relación con su muerte…. Tal vez la clave esté en esta agenda ó en el contenido de la caja fuerte” pensó mientras salía de la habitación.
Cerró todas las ventanas del piso y una vez fuera, cogió su móvil para llamar al agente encargado del caso con la intención de advertirles que habían entrado allí.
-Señora- dijo con paciencia el agente, -ya se lo hemos dicho. Lo del el precinto es que se nos habrá olvidado retirarlo de allí, mis disculpas, pero como le dije el caso está cerrado-
-Esto no va a quedar así, tendrán ustedes que reabrirlo, se lo aseguro, y créame que no descansaré hasta que así sea- dijo ella colgando furiosa el móvil.
Caminaba por el pasillo, preguntándose si tal vez habría alguien que hubiera visto algo en el portal. Antes de marcharse debía intentarlo, haría algunas pesquisas con la esperanza de poder arrojar un poco más de luz al asunto. Lo que ella desconocía era que el portero estaba ya sobre aviso y nada más verla llegar se quitó de en medio para no tener que darle explicaciones. Lola había repartido la propina con el buen señor para hacerlo callar y que pasara su visita por alto. Porque cómo ella le dijo…- Porque mire usted, ¿Qué daño hacemos con esto?, ninguno ¿verdad? Pues hoy por mí y mañana por ti -. Y diciendo esto, dejó ver el billete en la mano.
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