Técnicas para llevar a buen puerto una receta de amor. (*)
La mejor fórmula es la que funciona, no importa lo
disparatada que parezca, lo sé porque el
bizcocho es mi asignatura pendiente, nunca sube, en mi caso no es culpa de la receta, pues es
la misma empleada durante generaciones. ¿Ejemplo inequívoco de una mala
ejecución de la técnica?. ¡No hay mayor desilusión que abrir la puerta del horno
y ver que todo el trabajo no sirvió de nada!
¡Cuantas veces he visto magia en la cocina! ¿Sabías del tiempo de cocción en “tres padres nuestros”? , y aunque éste en concreto no sea un caso de magia, sí que hay otras cosas que mágicamente funcionan. Todo es debido a la sabiduría adquirida tras recorrer el camino, que
a su vez nos permite mejorar la técnica.
Es vital disponer de buenos enseres pues como los
sentimientos, mientras mas adulterados están, peor nutren. También debemos de contar con un buen menaje, este nos facilitará mucho la tarea. Concretemos pues lo que debe o no faltar en la receta, para conseguir que brille con luz propia.