domingo, 30 de septiembre de 2012
Una mala noche
Una noche en vela, es una carrera en círculos, de visitas, tantas que la vigilia aprovecha para jugarse tu sueño. Reparte, y los naipes vertiginosamente apilados montan castillos en el aire sobre los que reina el desasosiego. Noche larga, recurrente, pero gracias al cielo finita. A las claritas del día los naipes regresan a su caja, los gigantes mutan de tamaño, y la sed de resolver puzzles desaparece…
¡Esas ojeras! , sé que pasaste una mala noche. ¡Cuenta, cuenta! ¿Cuántos rondando tu cama? Seguro que me dirás que batallaste hasta que te rindió el sueño. Espera, ya cuento yo que estoy aquí para eso….
Y sucedió que embriagado por una soporífera calma, borlón sobre cabeza y patucos disparados te acomodaste en la mullida cama, dispuesto a reencontrarte con los amorosos brazos de Morfeo pero en lugar de eso… comenzaste a oír el silencio, y decidiste darle una oportunidad. Ahí fue donde te perdiste porque lo que sería “coser y cantar”: (un inocente repaso mental del día antes de conciliar el sueño) se convirtió en un descenso de culo, cuesta abajo y sin frenos hacia el desvelo.
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